martes, 6 de mayo de 2014

OPINIÓN

MATAR POR DIVERSIÓN

Las corridas de toros son un espectáculo vergonzoso que representa la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre de un ser indefenso. Este acto que lo denominan como “arte y cultura” esta contra toda lógica ética y moral, ya que 24 horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido cruelmente a maltratos: le recortan los cuernos, cuelgan sacos de arena en el cuello durante horas, le provocan diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió, untan grasa en los ojos para dificultar su visión y en sus patas colocan una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto, además lo encierran en una oscuridad total para que al soltar- lo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el publico de que el toro es feroz. Pero la condición natural del toro es huir, no atacar. La tauromaquia es un acto inhumano que traumatiza a los niños y los adultos sensibles, desnaturaliza la relación entre el hombre y el animal. Esto no es cultura. Ya que la cultura es todo aquello que contribuye a volver al ser humano más sensible, más inteligente y más civilizado. La crueldad que humilla y destruye por el dolor jamás se podrá considerar cultura. La tortura y la matanza de toros se detendrán únicamente cuando los turistas y la gente en general dejen de pagar por asistir a estos eventos y cuando el ser humano sea consciente del dolor que le causa a este bello, sensible e indefenso animal. 






Autora
Ruby Alfaro C.

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